En este artículo publicado por Euronews, su autor Servet Yanatma, ofrece una visión detallada sobre la sostenibilidad y suficiencia de las pensiones en la Unión Europea, destacando las grandes diferencias entre países y la creciente dificultad de los pensionistas para mantener su nivel de vida.
La tasa de sustitución de las pensiones varía significativamente entre los Estados miembros, lo que refleja modelos de previsión social dispares y la necesidad de impulsar estrategias que fortalezcan los sistemas complementarios de pensiones. Además, la tendencia al alza del riesgo de pobreza entre los jubilados subraya la urgencia de reformas que garanticen ingresos adecuados en la vejez.
En la Unión Europea, las pensiones representan alrededor del 58% de los ingresos previos a la jubilación, aunque con importantes diferencias entre países. España (77%) e Italia (75%) se encuentran entre los países con tasas de sustitución más altas, mientras que en Croacia (35%) e Irlanda (39%) los pensionistas reciben menos del 40% de sus ingresos previos.
Otro aspecto crucial del artículo es su enfoque en la brecha de género en las pensiones, un problema persistente que afecta la equidad del sistema. En países como España y Portugal, las mujeres reciben pensiones considerablemente menores que los hombres, lo que refleja desigualdades estructurales en el mercado laboral y en la previsión social.
En este sentido, en la UE, los hombres reciben en promedio un 3% más que las mujeres, aunque en España y Portugal esta diferencia es mucho mayor, con tasas de sustitución significativamente más bajas para las mujeres. Factores como la brecha salarial, la menor participación femenina en el mercado laboral y las interrupciones en la carrera profesional explican esta desigualdad, lo que subraya la urgencia de implementar políticas de equidad en la previsión social.
Otro factor clave es el impacto de los costes de los cuidados de larga duración, que pueden reducir significativamente los ingresos disponibles para los pensionistas. En algunos países, como los nórdicos y Alemania, hay una mayor cobertura pública, lo que ayuda a mitigar este impacto. Sin embargo, en otros, el coste de la dependencia es una carga adicional que afecta el bienestar de las personas mayores. La combinación de un sistema público sólido con mecanismos complementarios es clave para garantizar una jubilación digna en toda Europa.
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