Seguros de vida y ahorro

¿Qué es un seguro de vida?

 Es el seguro por el cual el asegurador se obliga, a cambio del cobro de una prima estipulada y pagada por el tomador del seguro, a satisfacer al beneficiario un capital una renta u otras prestaciones convenidas, cuando se produzca la contingencia asegurada.

 

¿Para qué sirven los seguros de vida?

Sirve para cubrir riesgos personales a corto, medio y largo plazo. La necesidad del seguro se deriva de las circunstancias del asegurado. Por ejemplo:

  • Previsión ante un posible riesgo potencial a corto plazo, como puede ser el fallecimiento, de manera que los beneficiarios perciban un capital o una renta que les permita atender el pago de deudas (por ejemplo una hipoteca) y mantener su nivel de vida.
  • Ahorro a medio y largo plazo, como pueden ser los seguros para la jubilación, con la intención de obtener un capital destinado a algo concreto: educación, un viaje, complementar las pensiones públicas
¿Qué tipos existen?

Se suelen clasificar en seguros:

  • Para el caso de muerte
  • Para la supervivencia: el beneficiario recibe un capital o una renta si el asegurado vive en una fecha determinada (por ejemplo a su edad de jubilación)
  • Mixtos: combinan los dos anteriores
¿Qué es un seguro de vida ahorro?

En éste el asegurador se compromete a abonar un capital o una renta si el asegurado sobrevive a una determinada fecha. Adicionalmente los seguros de vida ahorro incorporan una rentabilidad garantizada durante la vigencia del contrato. Típicamente son seguros pensados para la jubilación y para el ahorro a medio y largo plazo.

¿Cómo funciona la rentabilidad asegurada?

Suelen llevar un tipo de interés garantizado mínimo y muchos de ellos añaden una participación en resultados de forma que si se obtiene una rentabilidad superior al mínimo, la póliza se beneficia adicionalmente.

¿Qué son los seguros de tipo Unit-linked?

Existen unos seguros, crecientemente desarrollados en todo el mundo, en los que no existe un tipo de interés mínimo asegurado. Por tanto el tomador asume el riesgo de la inversión. Como ventaja presentan que el tomador puede gestionar, personalizar y decidir en que activos se invierte, siendo que es por su cuenta y riesgo.

¿Quién es el tomador, asegurado y beneficiario?

Son figuras diferentes y cada uno posee un conjunto de derechos y deberes propios

  • Tomador del seguro: Es la persona física o jurídica que contrata y suscribe la póliza con el asegurador. Su principal obligación es el pago de la prima. El tomador suele tener el derecho de rescate, reducción y anticipo y también suele ser el encargado de designar y revocar a los beneficiarios
  • Asegurado: Persona física sobre cuya vida recae el riesgo de manera que su muerte o supervivencia determina al asegurador a satisfacer el capital o renta

asegurados.

  • Beneficiario: Persona designada para recibir la prestación del seguro cuando se haya producido el hecho cubierto por el mismo.

Pueden coincidir o no. Especialmente son diferentes en los seguros colectivos.

Tomador Asegurado Beneficiario Ejemplo
Empresa Empleados Los designados por los empleados o en convenio Seguro Colectivo de Fallecimiento
Empresa Empleados El mismo asegurado Seguros Colectivos para jubilación e invalidez
Persona física El mismo tomador El mismo Seguro de jubilación e invalidez individual
Persona física El mismo tomador Los designados por el tomador Seguro con cobertura de fallecimiento
Empresa Empleados La propia empresa Seguro por fallecimiento del empleado (persona clave)

 

¿Qué pensamos

en OCOPEN sobre los

seguros de vida ahorro?

 

Los seguros de vida, de ahorro y de inversión, entre otros, son una herramienta insustituible en la previsión social porque permiten evitar los graves perjuicios que pueden producirse en una situación de fallecimiento, invalidez o dependencia del asegurado.

Adicionalmente contribuyen a un ahorro estable, finalista, a largo plazo, incluso con rentabilidades aseguradas que es una buena alternativa a los activos financieros más tradicionales, como los depósitos bancarios.

Permite a los ciudadanos y empresas trasladar la asunción y gestión de los riesgos a entidades especializadas.

El sector asegurador, a lo largo de las últimas décadas, ha puesto de manifiesto su solvencia, quedando al margen de las crisis financieras y no necesitando rescates con el dinero de los contribuyentes.

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