El último debate organizado por el diario 65YMÁS sobre pensiones abordó con claridad una de las principales debilidades del sistema de previsión social en España: el escaso desarrollo de los planes de pensiones de empleo, conocidos como el segundo pilar. Con un patrimonio que apenas alcanza los 40.000 millones de euros y una tasa de cobertura que no llega al 10% de los trabajadores, el modelo de ahorro empresarial para la jubilación no ha logrado consolidarse como una herramienta eficaz.
El debate, moderado por Ana Bedia, directora del diario 65YMÁS, contó también con la participación de Alfonsa Muñoz, directora de Previsión Colectiva en Santander Pensiones, e Ignacio Sanz Alonso, director de Negocio Colectivo y Previsión Social Empresarial de MAPFRE España. Junto a Mariano Jiménez Lasheras, presidente de OCOPEN, aportaron una visión experta y complementaria sobre los retos y oportunidades que enfrenta la previsión social complementaria en el ámbito empresarial, coincidiendo en la necesidad de una transformación profunda para alcanzar los objetivos de cobertura y suficiencia fijados por las instituciones públicas.
Mariano Jiménez Lasheras, presidente de la Organización de Consultores de Pensiones (OCOPEN), advirtió durante el encuentro que el sistema actual está profundamente descompensado. “En España, solo está desarrollado el pilar público, que además afronta serios retos de sostenibilidad. El segundo pilar, el empresarial, está prácticamente vacío”, señaló. Su propuesta pasa por avanzar hacia un modelo mixto en el que los tres pilares —público, empresarial e individual— coexistan de forma equilibrada y complementaria.
Obstáculos normativos y paralización de los fondos públicos
Entre los frenos más importantes identificados, destaca la parálisis del fondo de pensiones de promoción pública contemplado en la Ley 12/2022. Esta norma, diseñada para impulsar el ahorro colectivo, especialmente entre trabajadores de pymes y autónomos, no ha logrado entrar en funcionamiento efectivo. Según Jiménez, «no ha generado confianza ni interés suficiente entre empresas ni empleados», lo que evidencia una desconexión entre los objetivos legislativos y su aplicación real.
Del mismo modo, la creación de planes sectoriales —otra de las vías impulsadas por la nueva legislación— apenas ha encontrado recorrido. A excepción del plan de la construcción, la negociación colectiva en sectores clave como el metal, transporte o distribución sigue sin dar frutos, debido a la complejidad de los acuerdos y a la falta de impulso institucional.
Educación financiera: una asignatura pendiente
Durante el debate se insistió también en la necesidad de una mayor cultura de previsión y ahorro a largo plazo. El presidente de OCOPEN puso el foco en la escasa formación financiera de los ciudadanos, que dificulta la toma de decisiones informadas en materia de jubilación. “Muchos trabajadores desconocen no solo los beneficios fiscales de estos productos, sino incluso la estimación de su futura pensión pública”, subrayó.
En este sentido, se propuso reforzar la educación financiera desde las etapas iniciales del sistema educativo, así como llevar a cabo campañas de concienciación pública, que permitan explicar el funcionamiento, los derechos asociados y las ventajas de los planes de pensiones de empleo.
El autoenrolment: una vía de avance viable
Frente a la falta de resultados del modelo actual, Jiménez defendió la implantación del sistema de autoenrolment, basado en la inscripción automática del trabajador al plan de empresa, con opción de renuncia voluntaria. Este modelo, ya aplicado con éxito en Reino Unido, ha demostrado ser eficaz para aumentar la participación: el 90% de los trabajadores británicos optaron por mantenerse en el plan una vez inscritos.
España dispone ya del marco normativo necesario para explorar esta fórmula, que permitiría ampliar rápidamente la base de partícipes, especialmente entre los empleados de pymes, donde la participación voluntaria suele ser residual.
👉 Artículo completo: Futuro de los planes de pensiones de empleo: la adhesión automática del trabajador es la clave

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