El sistema de pensiones en España necesita una reforma profunda y consensuada que fortalezca sus tres pilares: el sistema público de reparto, los planes de empleo y el ahorro individual voluntario. Así lo expuso Antonio Méndez Baiges, miembro de OCOPEN, en el programa Todos Seguros de Capital Radio. Según explicó, mientras el primer pilar —la Seguridad Social— muestra signos de agotamiento financiero, el segundo —la previsión social empresarial— sigue sin despegar, y el tercero —el ahorro individual— carece de impulso suficiente.
El modelo británico como referencia
Méndez Baiges señaló el caso del Reino Unido como un modelo eficaz, basado en el auto-enrolment: los trabajadores se incorporan automáticamente a planes de pensiones de empleo salvo que manifiesten su deseo de no participar. Este sistema, semiobligatorio para los empleados y obligatorio para las empresas, ha conseguido una penetración elevada, sustentado por contribuciones compartidas entre empresa, trabajador y Estado. En contraste, en España solo tres millones de trabajadores y unos 60.000 autónomos están adscritos a estos planes.
Incentivos, transparencia y seguridad jurídica
El desarrollo del segundo y tercer pilar pasa por reforzar incentivos fiscales, garantizar seguridad jurídica y mejorar la transparencia, señaló el experto. No se trata de sustituir el sistema público, sino de complementarlo ante retos demográficos como el envejecimiento y la baja natalidad. Países como Dinamarca y Países Bajos han demostrado que los planes de empleo pueden generar grandes masas de ahorro con impacto económico y social. “Sin previsión complementaria, no habrá sostenibilidad a largo plazo”, advirtió.
Transferencias crecientes y sostenibilidad en duda
El déficit de la Seguridad Social se cubre cada año con crecientes transferencias del Estado, lo que pone en duda la sostenibilidad real del sistema. Méndez recordó que la AIReF debía activar en 2024 la cláusula de cierre —que implicaba revisar las medidas si no se garantizaba el equilibrio hasta 2050—, pero se evitó al considerar las transferencias como ingresos. Bruselas ha cuestionado esta decisión y pide una reevaluación sin computarlas, dejando al descubierto la fragilidad del modelo actual.
Europa empuja, España duda
Por último, el experto subrayó que la Comisión Europea respalda el auto-enrolment, aunque sin llegar a imponerlo como obligatorio. Esta recomendación abre una ventana de oportunidad para avanzar en una reforma estructural que, sin vulnerar la Constitución, permita fomentar la adhesión automática y consolidar la previsión social complementaria como un pilar real del sistema de pensiones. “El momento de actuar es ahora. No podemos seguir aplazando soluciones”, concluyó.

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