Tramas, poder silencioso y la revolución invisible

18 May 2017 | 0 Comentarios

Mis hijos, como la mayoría de veinteañeros, prefieren alimentar su intelecto con fast-food de Youtube y no leyendo libros profundos. Recientemente me comentaron un video con infografías comentado por el propio Pablo Iglesias que introduce un nuevo concepto: la Trama.

Este vídeo corto de apenas dos minutos pretende describir que existe un contubernio político-empresarial que explota a los ciudadanos y en cuyo vértice superior, como poder supremo en la sombra, sitúa a Blackrock. Blackrock, la roca negra gigante, representa el lado oscuro de la fuerza financiera, el poder del Imperio Económico que mueve los hilos del entramado español.

En ese momento no pude evitar una carcajada inicial, aunque inmediatamente se me heló la sonrisa: ¿de verdad puede tener ideas tan confusas un líder que representa la quinta parte del pueblo español y pretende mejorar la vida del pueblo llano?

Una réplica periodística que desmonta el vídeo infantil sobre la función de Instituciones de Inversión colectiva como Blackrock, la ofrece Mendieta en este ENLACE y a este reciente artículo me remito, con sólo una matización seria: detrás de Blackrock no se ocultan unos cientos de miles de inversores privilegiados, sino decenas de millones de ciudadanos corrientes ahorrando para su jubilación a través de fondos de pensiones y seguros.

El hecho incontestable es que las sociedades occidentales avanzadas conscientes de la necesidad de ahorrar para la jubilación (España es una nación rezagada) optaron en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo por generalizar los fondos de pensiones.

Abruma la ignorancia acerca de las transformaciones profundas del sistema capitalista que esta marea de dinero supuso en los últimos cincuenta años. Decía el maestro Peter F Drucker que quizás su libro más certero, pero menos famoso, fue The Unseen Revolution, escrito hace más de cuarenta años y todavía desconocido en España. Debemos beber viejos vinos y leer viejos libros, como éste.

Drucker acertó: el volumen inmenso que supone el ahorro a largo plazo de millones de ciudadanos a través de los fondos de pensiones logró que éstos sean hoy los propietarios más relevantes de las empresas de mayor capitalización a nivel mundial. Y, por consiguiente, también tengan un peso específico en nuestro IBEX.

Si el socialismo ortodoxo consiste en que los trabajadores sean propietarios de los medios de producción, desde hace décadas Estados Unidos es una sociedad socialista en mucha más medida que la Europa continental. Es el socialismo de los fondos de pensiones. Sé que esto chirría a los chamanes de la ideología doctrinal, pero el mundo difiere de lo que nos cuentan quienes realizan análisis superficiales sin observar la realidad.

Las moderadas cifras de nuestra capitalización bursátil permiten afirmar que si hace treinta años hubiésemos generalizado un robusto sistema de fondos de pensiones empresariales y un sistema público de pensiones con mayor grado de capitalización, la propiedad de las empresas del IBEX no estaría en manos de inversores extranjeros, bancos nacionales y unos cuantos multimillonarios, sino bajo el control indirecto de los ciudadanos.

Esto sí que hubiera sido revolucionario. Y es la revolución invisible pendiente, la de verdad. Aún estamos a tiempo.

Manuel Álvarez

Secretario General de OCOPEN

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