Ajedrez y estrategia del Estado del Bienestar
El ajedrez moderno, tal como lo jugamos actualmente, se inventó en España y es una de nuestras grandes contribuciones culturales. En los próximos años, se extenderá en la educación pública, proporcionando grandes beneficios a nuestras futuras generaciones en términos de aumentar su capacidad de concentración, su lógica, la organización secuencial de las actividades, la creatividad y el pensamiento lateral.
Hace unas semanas atendí una sesión sobre Ajedrez y Política. Fue una sesión, por lo innovadora, de lo más interesante. Es cierto que ajedrez y política son dos mundos separados por un abismo. El ajedrez, al igual que la política, persigue una meta de ganar al contrario, pero su forma de ganar es radicalmente diferente. En el ajedrez:
- Las metas se fijan a largo plazo, mientras que en la política nacional, vemos que los objetivos son fundamentalmente de obtener o mantenerse en el poder a corto plazo
- Existe una separación entre táctica y estrategia.
- Toda la información disponible está siempre expuesta en el tablero de juego, no hay trampas posibles. El engaño existe, pero se deriva de un pensamiento creativo superior y más profundo.
- No se intercambian insultos, ni voces ni gestos amenazantes. No hay cabida para la violencia.